miércoles, 7 de octubre de 2009

XXX.Patriotismo.

"Debemos amar a nuestro país aunque nos trate injustamente."
Voltaire


Muchos dominicanos pueden encontrar muchas de estas propuestas extremadamente radicales, otros pudieran decir que son imposibles de aplicar, que requieren de un sacrificio muy grande para todos los dominicanos y yo estoy de acuerdo con todos ellos. Esa es la gran verdad.
Pero también es verdad que si no hacemos eso, nosotros sufriremos, nuestros hijos sufrirán más, y así sucesivamente hasta que se haya perdido toda sensación o sentido de sufrimiento y nos hayamos deshumanizado totalmente.
No vamos a ser eliminados de la faz de la tierra, estaremos aquí, pero estaremos aquí en condiciones infrahumanas donde la idea de los fundadores de la República Dominicana, sobre un país libre e independiente, será real pero con distorsiones inimaginables en donde tener libertad o no, no será lo relevante. Lo importante será comer, como lo puede hacer animal.

¿Quién mejor que los dominicanos para reconocer la posibilidad y la existencia real de este proceso de infra-humanización y deshumanización? Somos los mejores testigos de la situación que se vive en Haití, situación que ya empieza a verse en República Dominicana donde el proceso ya ha comenzado a evolucionar y evidencia del mismo son las miles de viviendas ubicadas en el margen de todos los ríos de la capital. Gente que vive un día a día en la miseria y que no le pone asunto ya que es la única forma de vida que conocen (no pueden aspirar a algo mejor, NO CONOCEN ALGO MEJOR!), como dice un refrán popular dominicano: “A el que nace en una pocilga, no le hiede la mier...”.
Esta condición empeora progresivamente, el pueblo se adapta a los nuevos niveles miseria y con la nueva generación nace un espíritu de conformismo involuntario fruto del desconocimiento de la existencia de “Una mejor vida” combinada con una degeneración social que no la exige.
Mucha gente dio la vida por este país, una y otra vez hicieron intentos hasta morir para hoy existiera una República Dominicana libre e independiente, y ya hoy, nosotros ni siquiera hablamos de ellos, el dominicano no va a la escuela y los pocos que si van no reciben las famosas clases de moral y cívica que se impartían hace pocos años atrás. En este sentido, cada día que pasa quedan menos personas que sufren por el país, por sus valores, por su bandera, por su himno, por Duarte, Sánchez y Mella, por todos los trinitarios y restauradores. Por esto, cada día que pasa se ve más difícil que los dominicanos puedan hacer los sacrificios que hay que hacer para levantar el país. Esfuerzos que requieren de un alto nivel de patriotismo, entrega y desinterés personal igual o mayor que el que tuvieron nuestros padres de la patria.
Nuestra generación no puede ni debe pasar desapercibida, debemos ser la chispa que promueva el cambio en el país, debemos servir como esperanza para todos los niños que aun hoy no son responsables del desastre en el que los estamos obligando a vivir y que hemos hecho de nuestro país.

¡Dios, Patria y Libertad, que viva la República Dominicana!

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