miércoles, 7 de octubre de 2009

IX.Competitividad.

“Eso de que tener beneficios es reprochable es un concepto socialista. Yo creo que lo reprochable es tener pérdidas”.
Winston Churchill (Político Británico)

Actualmente podemos ver que nuestro presidente desarrolla una política de mejoramiento de la imagen del país. Hemos servido como cede para muchos eventos internacionales y hemos puesto el nombre de la República Dominicana en el mapa. Todos contentos, yo también.
Nuestros atletas nuevamente hicieron un gran papel en las olimpiadas de Beijín 2008. Quedamos en lugar 46 por encima de muchos países desarrollados del mundo y con una posición de gran importancia con respecto a los países de América latina.
La infraestructura, los mega-proyectos, el Metro, nuestro presidente (cuando nos representa en otros países), nuestras playas, Amelia Vega, Juan Luis Guerra, Pedro “El Grande”, Sammy Sosa, Oscar de La Renta, la hospitalidad, simpatía, sencillez, humildad y otras muchas virtudes de nuestra gente y de nuestro país mejoran nuestra imagen internacional.
Según Joaquín Balaguer “La República Dominicana es un país rico pobremente administrado”. Esto quedó demostrado con los resultados de estudios realizados en el 2003 y presentados en el Informe Mundial de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con los siguientes resultados:”Según el Índice Desarrollo Humano (IDH) el país perdió cuatro posiciones a nivel mundial, desde la posición 91 de 177 países a la posición 95, a pesar de no haber variado el valor del IDH de 0.749. Esta situación indica que República Dominicana en el año 2003 mejoró menos que otros países”. El Índice de Desarrollo Humano (IDH) es una medida resumen para monitorear el progreso a largo plazo del nivel medio del desarrollo humano de los países, en tres dimensiones básicas: una vida larga y saludable (medido según la esperanza de vida al nacer), acceso a conocimientos (medido según la tasa de alfabetización de adultos y la tasa de matriculación para las escuelas primarias, secundarias y terciarias) y un nivel de vida decente (medido según el PIB per cápita en dólares calculado a un tipo de cambio de PPA). El documento explica que, comparando la posición mundial que ocupa la República Dominicana, según el PIB por habitante (PPA), con la posición mundial según el IDH, se observa que el país presenta -20 posiciones de diferencia, es decir que está desaprovechando las oportunidades de mejorar el bienestar y el desarrollo humano de su población con los recursos que dispone”.
Quizá en un futuro podamos apoyarnos en esa riqueza “no aprovechada” para mercadear al país, pero definitivamente este no es el momento. Juan Taveras Hernández en una parodia publicada en DiarioDigitalRD la cual tituló: “País Rico”, cuenta sobre una conversación que tuvo Juan T.H. con una amiga que reside en Miami, Fl. Quien trataba de convencerlo de que la República Dominicana es un país rico y presentaba los siguientes alegatos: “Solo en un país rico un funcionario o un senador puede acumular más de cien millones de pesos en cuatro años (sin contar los que puede acumular por la izquierda), un lugar donde los ciudadanos pueden pagar por un metro cúbico de agua más del doble de lo que se paga en la florida, un país que se da el lujo de pagar tarifas de electricidad y teléfono 60% más caras de lo que se paga en Miami, donde el ciudadano puede pagar USD$28,000.00 por un carro que en Estados Unidos cuesta USD$10,000.00, y puede pagar entre un 6% y 7% de seguro, cuando en la Florida se paga USD$345.00 por un año completo. En un país donde los empresarios pagan impuesto sobre la renta por adelantado y que se dan el lujo de pagar por una seguridad privada para sus negocios mientras que en Estados Unidos tenemos que conformarnos con la policía pública, donde pueden pagar más de un 20% de interés por dineros prestados mientras aquí se paga un 8% (y esto, bajo muchas protestas porque la gente no puede pagar más). Por último, en la República Dominicana casi el 40% de la población económicamente activa no tiene empleo. Aquí, en cambio, solo hay un 4% en esa situación. ¿No te parece que el vivir sin trabajar es un lujo que solo los ricos se pueden dar?”
Debemos estar claros que no basta con parecer estar bien, también debemos estar bien. Debemos “ser y parecer”, con uno sólo de estos dos ingredientes no basta.
No va a ser un negocio seguro para ningún inversionista, colocar un centavo en la República Dominicana cuando todos los indicadores macroeconómicos y sociales nos colocan entre los últimos 5 países de América Latina y peor aún, cuando estos mismos indicadores para América Latina corresponden a una de las regiones menos atractivas para la inversión en el mundo.
Es decir, nuestro país está de último en cola de una región que a su vez está de último en la cola de las economías del mundo. Sin embargo, queremos que los inversionistas nos vean; ahora bien, pregunto: ¿Realmente nos interesa que nos vean?
La República Dominicana bajó del puesto 96 al 98 en el Reporte Global de Competitividad 2008-2009, elaborado por el Forum Mundial Económico y la Universidad de Harvard.Con una puntuación de 3.72, en el puesto 98, República Dominicana, en América Latina apenas sacó mejor puntuación que Surinam, Ecuador, Venezuela, Guyana, Bolivia y Nicaragua (Haití no es rankeado). Chile ocupó el puesto 28, Puerto Rico el 41 y Barbados el 47. Le siguieron Panamá, en el 58; Costa Rica, el 59; México, el 60; y Brasil, en el 64, en la mitad del ranking. El estudio 2008-2009 clasificó al país como 98 entre 134 economías, comparado con el puesto 96 de 2007-2008 y el 93 entre 122 países en el 2006-2007.
Como se puede ver vamos en caída libre, sin embargo, hace unos meses, el director del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (CEI-RD) Eddy Martínez, aseguró que “El clima de inversión que se vive en el país sigue mejorando, como lo reconocen organismos internacionales son el fruto de las renovaciones necesarias realizadas para la competitividad que se requiere en el actual mundo globalizado”. ¿En qué se basan para emitir estas declaraciones? Ó ¿Quién está equivocado?
El inversionista internacional que tiene el dinero en su bolsillo y que tiene infinidad de opciones para invertir se percata de que República Dominicana existe a través de los grandes esfuerzos e inversiones que hace nuestro gobierno. Oye el discurso del presidente comentando sobre los megaproyectos de infraestructura que serán iniciados y “concluidos” en los próximos 4 años, sobre el DR-CAFTA, ve a nuestros atletas lucir en los juegos olímpicos, cuando ve televisión por cable ve el anuncio que nuestra secretaria de turismo coloca incesantemente: “República Dominicana, Inagotable”, ve a nuestros peloteros liderar en las grandes ligas, oye y baila un merengue de Juan Luis Guerra, se bebe una cerveza Presidente o se da un trago de Brugal, disfruta de la belleza de Punta Cana, o que se deslumbra al ver a Nuestra Miss Universo Amelia Vega. Esta persona decide poner a República Dominicana en su lista de posibles opciones de inversión.
Antes de invertir el primer centavo, hace una búsqueda sencilla en Google y estudia las estadísticas macroeconómicas y sociales de la República Dominicana de los últimos 50 años, consigue información sobre las tendencias de estos indicadores y proyecta el futuro.
Lo que realmente hemos logrado es que esta persona investigue sobre República Dominicana y se dé cuenta de que definitivamente no somos la mejor opción de inversión, e inmediatamente nos tacha de su lista y crea una percepción negativa sobre país imposible de mejorar.
En resumen, no podemos proyectar lo que no somos ya que más temprano que tarde la verdad va a salir y lo que vamos a conseguir será un efecto totalmente contrario al que estamos buscando.
¿Por qué este inversionista va a instalar su negocio en República Dominicana cuando la mayoría de los negocios instalados en el país van en picada o cuando en otros países hay más posibilidad de éxito? Moraleja:
· La imagen debe explotarse cuando realmente existe una imagen positiva que explotar.
· La publicidad que presenta una promesa que no puede cumplir, se ve como un engaño y representa una frustración al cliente/inversionista.
· La publicidad y la inversión en imagen funcionan cuando queremos llevar las cosas de bien a mejor, no desde muy mal a bien.
Antes de invertir en imagen tenemos que ser buenos. ¿Pero cómo vamos a ser buenos? Respuesta:
Haciendo que las empresas que están instaladas actualmente en República Dominicana, ya sean locales o internacionales sean rentables y que estén en pleno crecimiento. Para esto es necesario que se haga equipo, entre el gobierno, el dominicano común y el sector privado. La competitividad del país no va a mejorar si estas 3 partes no se ponen de acuerdo y hacen lo necesario de forma coordinada, en un ambiente de cooperación y mejoramiento. No ayudan las actitudes como la del Director del Consejo Nacional de Competitividad (CNC), Andrés Van Der Horst Alvarez, que defendiendo la política de incentivos que el gobierno ha mantenido a favor de los grupos productivos insistió que el desarrollo de la competitividad es responsabilidad de los sectores privados y que la competitividad está basada en la innovación, los valores agregados y la calidad, así como la competencia que se da en el propio mercado local”. ¡Esto no es así!
Según el Señor Van Der Horst Álvarez sólo el 8% de los industriales está aprovechando los incentivos establecidos en ley de competitividad industrial y por esta razón el sector empresarial privado está dejando sobre la mesa unos RD$19 mil millones anuales.
Asumiendo que los empresarios dominicanos no son unos brutos, ya que dejar botado esta cantidad de dinero haría a cualquiera pensar que esta es su condición, como Director del Consejo Nacional de Competitividad me preguntaría:¿Porqué esta gente no aprovecha los beneficios de esta ley? ¿Es que la ley es imposible o muy complicada de aplicar?, ¿es que la ley no es funcional?, ¿es que no conocen sobre la existencia de la ley o no le entienden? ¿Deberíamos divulgarla mejor? ¿Deberíamos mejorar o cambiar la ley? ¿Deberíamos juntarnos más con ellos hasta llegar a un punto donde los incentivos sean realmente explotados?.
La actitud no debe ser: “esto es lo que hay, que lo aproveche el que quiera” mientras el país pierde competitividad, se pierden empleos y crece la pobreza. En este sentido, aunque el sector privado tenga un componente de responsabilidad bastante grande en busca de esa solución, igual que el gobierno, este último no puede dejar toda la responsabilidad en el sector privado ya que las consecuencias tienen amplias implicaciones sociales, políticas y económicas. Por tanto debe ser el líder de la iniciativa.
El gobierno puede colaborar mucho más para que exista un mejoramiento sostenido en la competitividad utilizando los recursos del estado adecuadamente, invirtiendo en actividades que realmente agreguen valor.
El estado debe propiciar que emerja una clase media amplia que garantice una demanda creciente y sostenida, que sirva como consumidora de los productos y servicios ofertados por las empresas. Según Goerge Gilder (Pensador Estadounidense): “Para que una economía prospere deben proliferar las personas ricas. Cuantas más allá, más empresas se crearán, más puestos de trabajo surgirán, mas crecerá la economía”. Hoy La lucha de la clase media dominicana por mantenerse en su estatus social se acrecienta por factores como el costoso precio de la energía eléctrica; los precios de los combustibles; el importe de las matrículas y mensualidades en guarderías, escuelas y colegios; la subida de una canasta familiar integrada por artículos considerados imprescindibles y la carestía del entretenimiento, entre otros.
Las tasas de interés para préstamos bancarios podrían estar tan bajas que motiven al empresario a reinvertir en el negocio, haciendo que se generen más empleos y dinamizando el crecimiento de esa clase media tan necesaria.
El gobierno puede ayudar redireccionando estos dineros y haciendo inversiones fuertes y sostenidas en educación y tecnología. Las empresas requieren de personal técnico calificado que muchas veces tiene que importar (a cualquier costo) desde el extranjero.
Requieren de concesiones para la inversión en máquinas, para la fabricación de naves industriales, para la contratación de técnicos extranjeros.
Sustitucion de impuestos a la producción por impuestos al consumo y financiamiento barato, requieren de suministro eléctrico a un precio competitivo y de calidad.
Requiere entender y ver que en República Dominicana existe y se cumple, sin importar el presidente o el partido político que este en el momento, un plan nación de largo plazo. No importa lo radical que pueda ser el plan, lo importante es que exista previsibilidad de acción, que haya consistencia en el tiempo, de conocimiento público y que se comparen frecuentemente los avances contra los objetivos. Que estos avances sirvan para evaluar el desempeño de los gobiernos. Dice Ediciones Díaz de Santos S.A., MPC, en su libro “Gestión estratégica del Marketing”: “Si usted no sabe donde desea llegar, es posible que termine en alguna otra parte”
Las empresas requieren compromiso de su personal, para ello requieren que el código laboral sea más exigente con los empleados y que se les obligue más fuerte a cumplir con sus labores y sus responsabilidades.
Requiere que el empleado valore más su trabajo, y para ello el gobierno puede ayudar eliminando la delincuencia, el narcotráfico, la limosna, la prostitución, la venta en los semáforos, y los puestos de venta informales (Según la OIT, actualmente, menos del 48% de las personas que trabajan los hacen de manera formal bajo una relación salarial, al menos cuatro de cada diez trabajadores lo hacen de forma independiente-informal). Esto obligará a los empleados a aferrarse a sus empleos, a oír a sus empleadores, a capacitarse, sabiendo que ese empleo es su único medio de vida y que si lo pierde, está perdiendo la única posibilidad económica que tiene.
Aquí pueden surgir dos dudas:
1. ¿Todas estas ayudas a la clase empleadora podría crear una clase explotadora?
Aquí regirán las leyes de oferta y demanda. En vista de que tendremos muchas personas buscando empleo y ya que hemos sugerido que el código de trabajo no apadrine tanto a los empleados, los empleadores podrán pagar salarios bajos, podrán hacer que los empleados trabajen jornadas más largas, en fin, poder exigir más a sus empleados sabiendo que estos estarán obligados a hacer lo que se les pida ya que en las calles no habrá opciones informales ni ilegales de ganarse la vida. El esfuerzo del empleado para mantener su empleo hará que su trabajo mejore en calidad, lo obligará a esforzarse al máximo y a capacitarse. Mejorará la calidad de productos y servicios, rebajarán los costos y las empresas se harán competitivas.
El empleador generará utilidades que podrá reinvertir en nuevos negocios, ampliar líneas de producción y aumentar así la oferta de empleos, eliminando de esta forma el desempleo que existe actualmente en el país. Una vez eliminado el desempleo, terminará el tiempo del empleador para dar paso al tiempo del empleado.
En este momento, cuando la demanda de empleados esté en su máxima expresión, no habrá oferta de mano de obra y los empleados podrán exigir mejores niveles salariales, reducción de jornadas de trabajo y mayores beneficios marginales llegando así a un punto de equilibrio entre empleado-empleador.
2. ¿Serán suficientes los dineros que podamos recuperar redireccionando todos estos puntos comentados anteriormente hacia las áreas de oportunidad y de apoyo a la empresa? Deberíamos hacer cálculos, y siempre es posible que no sean suficiente, pero también es verdad que cualquier centavo mal gastado o mal invertido en este país debería ser motivo de cárcel. La gente se muere de hambre, mientras tenemos “botellas” en el gobierno ganando millones de pesos al año.
Ahora bien, ¿de dónde van a salir los fondos para hacer que florezca la industria y la agroindustria dominicana?
Actualmente el gobierno es el mayor empleador de la República Dominicana, se estima que el gobierno emplea más de 100,000 “botellas”, los salarios de muchos de los empleados del gobierno son astronómicos, no se corresponden para nada con ninguna encuesta salarial existente en el mercado laboral, peor aún, los niveles de responsabilidad de estos empleados no corresponde a la mitad de los observados en el sector privado y, el nivel de preparación de estos “genios superpagados” a veces no llega a ser siquiera de bachiller.
Dice Juan Pina (escritor español): “El llamado "Estado del bienestar" se ha convertido, en realidad, en el "bienestar del Estado". El Estado despilfarra millones en todo tipo de actividades que no le son propias, y contrata en nuestro nombre a millones de empleados que no nos hacen falta. Para ello nos exige pagarle en forma de impuestos un porcentaje enorme de la riqueza que producimos mediante nuestro trabajo o negocios”.
Según Miguel Vargas (Periódico “Diario Libre” 11/2/09): “En los pasados 4 años (2004-2008), el gobierno del PLD botó 20 mil millones de pesos en propaganda, 40 mil millones en pago de nómina de 100,000 botellas que el PLD metió en la administración pública; 20 mil 800 millones de pesos en pago de nominillas fantasmas a miembros del PLD que cobran sin trabajar, han dilapidado 24 mil millones en sobreprecios de obras de infraestructura por el incumplimiento de la ley de contrataciones y licitaciones de obras y compras gubernamentales, 2,000 millones de pesos en gastos excesivos en viáticos, pasajes y gastos de representación y RD$2,000 millones en consumo excesivo de combustibles”.
Adicionalmente a esto, están las famosas jubilaciones de ex empleados del gobierno. Estas jubilaciones son tomadas por el pueblo como un insulto. Personas que ocuparon puestos públicos por 4 años, que están en plena edad laboral son jubilados muchas veces con el 100% de su salario.
Los gastos en que incurre cada 4 años el gobierno son enormes, no parecemos que vivimos en un país tercermundista. Los vehículos de los funcionarios anteriores a cada periodo son echados a un lado y los nuevos funcionarios son proveídos de nuevas “jeepetas” de lujo, muchas de ellas cuestan 2 y 3 millones de pesos.
Los gastos en la campaña electoral, los gastos en afiches, pancartas, funditas, compra de cedulas, publicidad, productos promocionales, pintura, etc. Son otras fuentes importantes de ahorro.
La construcción de obras no necesarias y no prioritarias, la inversión en proyectos que nunca acaban y que representan un centro de gastos. Las secretarias de la juventud, de la mujer, el ejército, las embajadas y los viajes y las delegaciones.
La corrupción, el gasto indiscriminado y la buena vida de los funcionarios son fuentes que pudieran servir de financiamiento para el apoyo a las empresas, para el surgimiento de nuevos negocios y nuevas fuentes de empleo.
Cuenta Juan Bolívar Díaz en: "El Barrilito carece de fundamento en la República Dominicana, no hay en Carta Magna algo que justifique los fondos" del (Periódico Hoy-Agosto 4 del 2007) que mantener los 32 senadores que tenemos actualmente en la República Dominicana le cuesta al país RD$22,400,000.00 mensuales, es decir, RD$268,080,000 al año ó RD$ 1,072,320,000.00 por el periodo de 4 años, por otro lado, el diario Libre del 4/3/09 dice que “Cada senador le cuesta al estado unos RD$2,000,000.00/mes”. No importa cual de las cifras es la correcta, lo importante es que se ve que por ahí “hay mucha tela que cortar”, con eso podemos comenzar.
Por más edificios que construyamos, carreteras, puentes, líneas de metro, peloteros en grandes ligas, medallas en las olimpiadas, merengues de Juan Luis Guerra, discursos de nuestro presidente en foros internacionales, por más cede de foros internacionales que República Dominicana sea, mientras nuestro principal producto de exportación sea la prostitución, la delincuencia, mientras exista el negocio del narcotráfico en un crecimiento exponencial, mientras la información macroeconómica y su tendencia sigan yendo mal no vamos a tener inversión, ya sea local o internacional, mientras tengamos en el poder a funcionarios corruptos, seguiremos propiciando el crecimiento del desempleo y la debacle de la República Dominicana. Aquí todos somos culpables, los que propician que esto pase y los que no hacemos nada para impedirlo. Según Edmund Burke (escritor y pensador político británico): "Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada.”
Como consultor en las áreas de reingeniería de procesos y Lean Management, he podido estudiar y ver los frutos de lo que se en la rama se conoce como “Fábrica Oculta”.
En muchas empresas de República Dominicana y seguramente en muchas instituciones del estado son aplicables conceptos de reingeniería de procesos y Lean Management. Estos conceptos evidencian que la productividad de las empresas y de su personal en más del 80% de las veces está muy por del 50% de la capacidad instalada.
La “fabrica Oculta” es ese otro 50% que no estamos aprovechando debido al uso ineficiente de nuestros recursos, al uso de métodos gerenciales y administrativos obsoletos y mal implementados, a la falta de capacitación de los gerentes, funcionarios, empleados, técnicos y dueños, a su falta de interés y a su desmotivación.
Estoy seguro de que con las instalaciones, con la infraestructura que tenemos hoy, si le sacamos el máximo provecho haciéndolas eficientes, podemos duplicar la productividad y podemos ser más competitivos. No necesitamos más cajones vacíos, otro hospital sin hilo para coser, sin doctores capacitados, si estos no pueden dar un servicio de calidad, a tiempo y a un buen precio.
La inversión no debe ser ya más en infraestructura, debe ir a llenar la cabeza de los dominicanos con conocimientos valiosos para la industria y agroindustria dominicana. A cambiar esa cultura que existe a nivel obrero donde aquel que trabaja “es un pendejo” y el que habla sobre las cosas que están mal es “un chivato”. Debe ir dirigida a aumentar la creatividad de nuestros empleados, a forjar líderes, técnicos especializados en las áreas donde las nuevas tendencias mundiales nos están llevando. La inversión debe ir hacia la educación escolar, universidades y centros técnicos. Pero esta inversión debe ir al grano. Debe ir orientada a eliminar la burocracia, el overhead, los gastos innecesarios, debe ir orientada a formar mejores profesores, a mejorar la calidad de los alumnos, a la implementación de tecnología en las aulas, a subir los niveles de exigencia de las materias, de las escuelas y de las universidades, de los centros técnicos, etc.
Esta capacitación promoverá el surgimiento de más persona que entiendan sobre costos, productividad, calidad, servicio y competitividad. Surgirán mas líderes que motiven al personal a preocuparse por la calidad de su trabajo, a valorar el empleo, a priorizar y a diferenciar entre trabajo que agrega valor y lo que es desperdicio de tiempo, esfuerzo y dinero.
Andrés Oppenheimer en su libro “Cuentos Chinos”, comenta sobre el rápido desarrollo económico que ha tenido Irlanda, que pasó de ser uno de los países más pobres Europa a ser uno de los más ricos del mundo en tan sólo doce años. El país que según The Economist Intelligence Unit es “El mejor país para vivir”. Uno de las claves de éxito del “Milagro Irlandés” ha sido motivar a los estudiantes hacia las escuelas y universidades técnicas, las áreas de ingeniería, tecnología y ciencias. El país determinó que necesitaba más técnicos y menos sociólogos.
También es el caso de Polonia y la República Checa que relacionan su crecimiento económico al crecimiento de mano de obra calificada en las áreas de ingenierías, carreras técnicas y el aprendizaje del inglés.
En nuestro país, el jefe de hoy se preocupa porque el empleado cumpla con un horario, el líder del futuro se preocupará porque el empleado haga su trabajo con calidad, en la cantidad sugerida, a tiempo, con buen servicio y con entusiasmo.
Obviamente, los resultados de la inversión en educación no se verán de inmediato, como se pueden ver los cascarones de edificios o como se ve el “hoyo” del Metro. No se ven de inmediato, y como no se ven, no vamos a tener muchas cosas que mostrar cuando estemos haciendo campaña electoral.
Entonces, quien va a sacrificar 4 años, para que luego lo saquen del gobierno por “ineficiente “, ya que “¡no hizo nada!”
La vista, es algo peligroso. Es el sentido que más rápido nos hace entender y creer; ¿Quién no ha oído la expresión “Cuando lo vea con mis propios ojos”?. El dominicano debe cambiar y debe entender que “hacer” no es pegar blocks, con cemento y varillas. Hoy, pegar blocks no es la solución para República Dominicana, la solución es ser competitivos, a través del correcto uso de la riqueza de país, haciendo las inversiones en las áreas de mayor impacto y en el momento adecuado, haciendo que el país sea competitivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario