miércoles, 7 de octubre de 2009

Nota del autor

Es muy común en los grupos de amigos en República Dominicana hablar de política, de los problemas en la educación, en la salud, en la energía, con la basura, de la pérdida de valores morales del dominicano, de su falta de cultura y patriotismo. Siempre comentamos sobre un tema de la delincuencia, todos tenemos un amigo al que le han robado el carro, que se le metieron en la casa o que le apuntaron con una pistola.
Se habla de que el país se está llenando de haitianos, de que al dominicano no le gusta trabajar, de que nos estamos convirtiendo en un narcoestado, de la corrupción de nuestros gobernantes, etc.
En fin, todos, en cierta forma, somos políticos y de cierta forma nos preocupamos por el país, hablamos de lo se hace bien y de lo que se hace mal. Sin embargo, al salir de esa visita-reunión todas estas ideas, muchas de ellas buenas, algunas excelentes, se quedan en el aire.
El dominicano común no puede hacer más por el país, sólo hablar y cada cuatro años “echar un voto” por un partido político con un aspirante presidencial que no ofrece ninguna solución para los problemas del país.
He estado en muchos grupos de esos, he visto que se debaten los mismos problemas y comentan las mismas ideas y he constatado que mucha gente está de acuerdo en muchas cosas, pero también, que somos incapaces de organizarnos y hacer algo por el país, quizá por la falta de tiempo, quizá por entender que hacer algo sería una empresa que promete el fracaso, quizá por miedo a hacer de conocimiento público nuestra forma de pensar y las implicaciones que eso pueda acarrear, quizá porque hemos perdido la esperanza o quizá por una combinación de todas ellas y otras más.
Yo he querido hacer un poco más, y desde hace casi un año (mayo 2008) he apartado un poco de mi tiempo libre para compilar algunas de esas ideas y hacer un poco de investigación sobre temas relacionados al país. Me gustaría que este documento llegara a todos los dominicanos y fuera la chispa para motivar a más personas capacitadas que existen en el país a hacer lo mismo. El país nos necesita ahora, “esta es la hora buena”, debemos estar ahí.
Soy ingeniero mecánico y me he desempeñado en las áreas de operaciones industriales tanto en empresas locales como internacionales. Esta experiencia me ha creado un espíritu y una vocación hacia el cambio radical en busca del mejoramiento en los procesos empresariales y me ha desarrollado un ojo crítico para ver muchas ineficiencias que existen en el gobierno, en el sector privado empresarial-industrial y en el dominicano común.

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