miércoles, 7 de octubre de 2009

II. Situación económica y social de la República Dominicana.

“El gobierno no se ha hecho para la comodidad y el placer de los que gobiernan”.
Jorge Luis Borges (Escritor Argentino)

Aunque el Producto Interno Bruto (PIB) de la República Dominicana ha sido el de mayor crecimiento en América latina en los últimos 50 años (hasta el 2002) también ha sido el país que peor ha distribuido su riqueza haciendo que los ricos sean más ricos y los pobres sean más pobres.
No es justo que le reclamemos al gobierno por el hecho de que “El rico sea más rico” pero si debemos reclamarle el que “El pobre sea más pobre”. Como decía Pedro Schwartz (escritor Español): “No me importa la desigualdad porque no soy envidioso. Me importa la pobreza”.
Se dice que el 10% de la población retiene el 50% de la riqueza del país, otros dicen que este 50% de la riqueza está en manos de sólo 30 grandes familias de la República Dominicana algo que no debe extrañarnos ya que con el simple hecho de pararnos encima del puente Duarte y mirar hacia abajo podemos quedar convencidos. En nuestro país el 42% de los dominicanos viven por debajo de la línea de pobreza (son indigentes) y el 22% ni siquiera tiene acceso a servicios sanitarios. Personas que no tienen ninguna oportunidad, no importa el esfuerzo que hagan. No tienen forma de salir de la indigencia ya que no tienen acceso a la educación, a la salud y mucho menos al empleo.
El Informe sobre Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en su más reciente investigación titulada “Desarrollo humano, una cuestión de poder” define a la República Dominicana como “Un Estado que no sabe cuánto gasta en las provincias, inequitativo en materia educativa, con una democracia atrapada por prácticas clientelistas y un sistema de salud que prefiere curar enfermedades en lugar de prevenirlas”.
Debemos recordar que en los años 2005 y 2006 la Foreign Policy y la organización Fund For Peace calificaron a la República Dominicana como un “Estado fallido”, vulnerable a conflictos violentos internos. En el año 2005 apareció en el lugar 19 y en el 2006 en el lugar 48.
En el 2005, y en ese mismo orden, Haití, Colombia, República Dominicana y Venezuela fueron los países latinoamericanos con peor valoración.
Para la calificación de “estados fallidos” hay 12 indicadores, que incluyen la pérdida de control físico de sus territorios o monopolio de la fuerza legítima, la inhabilidad para ofrecer servicios públicos adecuados, un exceso de corrupción y criminalidad, la suspensión del estado de derecho o la violación de derechos humanos, entre otros. Los indicadores de inestabilidad de mayor calificación en estos dos años fueron el aumento de presiones demográficas, desigual desarrollo económico y la violación de derechos humanos, aunque para el año 2006 cada uno de estos indicadores mejoraron. Los resultados de la encuesta enfurecieron al Presidente Leonel Fernández quien en lugar de verlos como una crítica constructiva o una oportunidad de mejora que sirviera para abrirle los ojos, reclamó a la revista, pidió la exclusión del país de esa lista “negra” y escribió en la revista Quórum: Revista de pensamiento latinoamericano, un artículo explicando por qué la República Dominicana no es un “estado fallido”.
El día 4 de Febrero del 2009 salió un artículo de Víctor Suarez en “El Nuevo Diario” que presenta la realidad del 60% de los dominicanos y que he querido citar de manera intacta: “Mi pueblo tiene sed y tiene hambre, el ocaso estrangula la perspectiva, indigentes como enjambre, ante el mundo es diatriba. Me acuesto sin energía eléctrica, cansado de enfrentar el día, un día duro y sin progreso.
Me levanto temprano igual fatigado y otra vez no hay agua, pasa de largo el vendutero, plataneeero, no hay un peso en la casa para el desayuno, así se irá el día, en las gracias de Dios, me lanzo a las calles sin trincheras, pero, es como si fuera a una guerra con la carencia infernal que llevo en los bolsillos. Medio baño a mi cuerpo y una tasa de café en el estomago.
No tengo completo el pasaje, le digo al cobrador de la voladora, me deja subir, después de unos cuantos insultos, de allá para acá se lo pediré a alguien, o vengo a pie, para no aguantarle vainas a este tipo.
Busco trabajo en la fábrica, en el ayuntamiento, en las casas en cualquier sitio y nada. Que vaina, me atormenta mi casa, no les dejé nada a esos muchachos para comer, donde acudo, a quien le ruego mi hambre y mi desdicha, nadie lo entiende, quien entiende que mi carencia es la misma de tantos otros. ¿Y el plan social de la presidencia? No, eso, nada más funciona en navidad, al menos eso creo, además uno ni sabe dónde queda esa jodienda, está tan oculto, que de social no tiene nada. Ya son las doce del medio día y el café en mi estomago se ha convertido en ácido amargo y me duele. Me duele tanto como ver a tantos igual que yo, en esta situación de desesperanza, de miseria y de hambre.
Si yo fuera presidente, sin importarme nada, haría primero lo que es básico para la vida de un ser humano, le garantizaría, su alimentación, mi gente, por lo menos los servicios básicos que dignifiquen la vida del hombre como ser pasajero por este planeta. Comida, salud, educación, trabajo y vivienda, no hay que darle esto a la gente, pero, hay que ponerle todas las facilidades para que esto ocurra en la vida de cada familia. Lo demás lo dejo para después, cuando se pueda. No es justo ver morir a un hombre herido por el hambre, malogrado de falsas medicinas, envuelto en una carencia interminable, no es justo vivir en un barrio donde el agua llega dos veces por semanas, como si el trasero la gente se lo lavara sólo unas cuantas veces al mes, no es justo vivir en un lugar donde las calles son lagunas intransitables de aguas negras, donde la falta de oportunidad hace delinquir a los adolescentes.
El hambre tiene cara de hereje, el hambre nos hace tomar acciones que nos llevan a buscar el pan, aunque esto nos transporte a la pronta muerte. Hoy igual que ayer, los ojos de mi gente en este auto bus se ven tristes como los míos, las caras, ajadas y los sueños truncos, hoy igual que ayer el barrio, está herido de muerte en el costado derecho, y lleva en su cuerpo las mismas heridas de Jesús, las de la incomprensión, la de la codicia, la herida de la dejadez y el abandono.
El pueblo sigue poniendo las mejillas, neciamente sumiso, mientras los verdugos del poder se enriquecen y con su indolencia, me golpean y golpean a mi pueblo y a mi gente, de forma tan cruel y tan severa, que no nos queda más camino que el de la violencia, el ojo por ojo y diente por diente”.
En el periódico “Listín Diario” del 12/10/08 salió un artículo titulado “RD entre los 3 países de la región que no mejoró el nivel de bienestar”. En él, según un informe difundido en Santiago (de Chile) por la CEPAL la pobreza disminuyó considerablemente en América Latina y el Caribe entre 2002 y 2007 una reducción de 9.9% entre el 2002 y el 2007 (37 millones de personas). Los menores niveles de pobreza en la región se sitúan en Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay, donde existen tasas inferiores al 22%, mientras que en Brasil, México, Panamá y Venezuela se mantienen por debajo del 32%. Colombia, Ecuador, El Salvador, Perú y República Dominicana tienen tasas entre el 38 y el 48%, en tanto que los porcentajes más altos, por encima del 50%, se registran en Bolivia, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay. La reducción de la pobreza en los últimos años tuvo especial incidencia en Argentina, al pasar del 45% en 2002 al 21% en 2006. Colombia, Ecuador, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela registraron descensos en la pobreza de al menos 1,5% anual entre 2002 y 2007, mientras que sólo en Uruguay aumentó la pobreza y la indigencia, y en República Dominicana se incrementó la indigencia.
La cuenta corriente de nuestra balanza de pago es deficitaria en USD$800 millones de dólares anuales (promedio anual 1997-2007), es decir, que hemos requerido mas dólares de los que generamos y esto nos obliga a endeudarnos más año tras año. Según el CIA Factbook las exportaciones estimadas del 2008 fueron de USD$7.17 billones (FOB) y las importaciones de USD$16.2 billones (FOB)
Nuestra deuda externa ya asciende a más de USD$7.5mil millones de Dólares y representa casi el 12% de nuestro producto interno bruto (algo astronómico) y un 80% del presupuesto de Ingresos y gastos del país (2009) y subiendo.
Ya vimos en el recuento histórico anterior lo que le ha costado a la República Dominicana esto de la “deuda externa”, sin embargo, nuestros gobiernos siguen embarcando al país para usar los dineros haciendo campañas electorales, como fue el caso de esta última del 2008 (Gastan del presupuesto y de la ley de gastos públicos para luego querer reponerlos con préstamos internacionales).
En nuestro país crece el desempleo, nuestros problemas de educación representan una vergüenza a nivel internacional y nos colocan en una posición de desventaja competitiva con respecto al resto de los países de la región.
Paulatinamente nuestro país se empobrece, y entra en una miseria que nos coloca entre los 5 países más pobres de Latinoamérica donde el 40% de la población vive con menos de 1 dólar por día, que obliga a nuestro pueblo a lanzarse al mar y ponerse, literalmente “en la boca de los tiburones” buscando nuevas alternativas de vida en otras tierras desconocidas, entregando los ahorros de toda una vida a traficantes ilegales de personas y a la guardia costera dominicana (para que los dejen salir), poniendo en riesgo su propia vida y dejando atrás cualquier familia o pertenencia que pudiera tener.
Día a día vemos en los diferentes periódicos noticias relacionas a embarcaciones perdidas, personas perdidas, náufragos y personas o cuerpos rescatados del mar. En el periódico “Diario Libre” del 4/2/09 un artículo se titula: “La Guardia Costera de EE.UU. en Puerto Rico rescató del mar a 54 inmigrantes indocumentados dominicanos que cayeron al mar desde la embarcación en la que viajaban a unas 13 millas náuticas de Mayagüez” y así miles de ejemplos.
Adicionalmente está reinando una degeneración social, donde la criminalidad ha llegando a niveles históricos, donde ha tomado terreno el narcotráfico y donde los dominicanos somos catalogados en el exterior como delincuentes, y vendedores de droga; nuestras mujeres como prostitutas y donde los homosexuales caminan por la calle abiertamente sin ningún tipo de complejos.
Mientras nuestro actual presidente debe estar pensando que inmiscuirse directamente en estos temas podría acentuar la velocidad del deterioro económico y social (y esto lo digo pues es la única explicación lógica al “No accionar o al no hacer nada” que lo ha caracterizado en sus 3 mandatos), no acaba de ver que nos está haciendo cavar hoyo y meternos tan profundo que cuando se empiecen a tomar acciones para salir (si algún día alguien lo intenta hacer) podría ser imposible o demasiado tarde.
Esta política de “moderación” y “Neoliberalismo” pudieron haber dado resultado en la economía chilena pero queda claro que en República Dominicana no será así. Decía Maquiavelo (Historiador y político italiano): “Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse”.
Según el Índice de Inestabilidad Política elaborado por el Economist Intelligence Unit, (unidad de análisis económicos) del grupo británico The Economist en Marzo del 2009, varios países latinoamericanos figuran en una lista de 165 naciones con un riesgo elevado de graves protestas sociales capaces de trastornar economías e incluso derrocar gobiernos. República Dominicana aparece en el lugar 16. Los autores del informe han tenido en cuenta para elaborar su lista cuatro factores: la profundidad de la crisis económica, la existencia de individuos identificables a quienes achacarla, la sospecha de que la crisis puede ser más profunda de lo que reconocen las autoridades y el factor contagio. Durante el primer trimestre del 2009, en el país se han desarrollado varios paros y huelgas. En Santiago, Puerto Plata, Salcedo, Moca, Bonao, San Juan, San Cristóbal, San Pedro de Macorís, El Seibo, Hato Mayor, La Romana y La Altagracia y en varias otras localidades, la huelga de los médicos (por temas salariales), entre otras (80 manifestaciones durante los primeros 84 días del año). Personas importantes del gobierno “quieren tapar el sol con un dedo” responsabilizando a los partidos de la oposición (principalmente a Miguel Vargas y el PRD) de estar organizando esas revueltas y no quieren reconocer que realmente la situación está mal y que requiere de acciones urgentes e inmediatas.
En una visita que realizara Víctor Grimaldi (nuevo embajador dominicano en el vaticano), en Abril del 2009, El Papa (Benedicto XVI), refiriéndose a República Dominicana, exhortó a las autoridades que erradicaran "definitivamente" la corrupción y el narcotráfico.
Consultado sobre el tema, el vicepresidente Rafael Alburquerque, interpretó la petición del Sumo Pontífice como "referencias a la generalidad del mundo, de que hay que luchar en contra de la corrupción y el narcotráfico, que son males sociales que afectan al mundo global". Para Alburquerque, el Papa habría dicho lo mismo si hubiese sido el embajador norteamericano quien presentaba las credenciales.
Por su lado, Franklin Almeyda asegura que “los niveles de delincuencia y violencia han bajado”, Eddy Martínez que “El clima de inversión que se vive en el país ha mejorado”, Octavio Líster dice que “los niveles de corrupción han reducido”, otros que “los niveles de pobreza e indigencia siguen disminuyendo”, “que el narcotráfico ha decrecido”, “que el consumo de alcohol…”, Mientras Leonel Fernandez , en su último discurso ante la Mesa de Negocios del “The Economist Group”, dice : “Para que el país fracase, primero debe fracasar el mundo”.
Este afán de no responsabilizarse, de buscar culpables, de justificar ineficiencias, de querer abobar al pueblo diciendo tonterías que ya nadie cree les impide poder enfocarse y solucionar los problemas. Alguien dijo: “reconocer la existencia del problema es el primer paso hacia su solución, nadie puede resolver un problema si considera que no existe”.
Hay un refrán que dice “mal de muchos, consuelo de tontos”, y aunque reconocemos esto como una gran verdad, en la vida diaria, la gente es así, si el mal es común uno aguanta y busca alternativas pero cuando este solo los afecta a ellos entonces reclaman. El principal móvil de una protesta es la diferenciación, desigualdad de oportunidades y la injusticia. La gente busca trato igualitario, quieren tener las mismas condiciones y oportunidades. Nadie se queja de la situación, de la crisis, si esta nos golpea de igual forma a todos. El problema viene cuando existen desigualdades, cuando la riqueza se queda en pocas manos, y se agudiza cuando esta diferenciación es fruto de la corrupción e ineptitud de los dirigentes.

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